HUMAN BIOTA se caracteriza por contener: una selección de cepas probióticas de origen humano científicamente probadas junto con prebióticos complementarios de origen natural. Representa la evolución de la suplementación con probióticos y es el producto ideal para el restablecimiento de una saludable flora intestinal tras una enfermedad o tras el uso de antibióticos.

Cada cápsula de HUMAN BIOTA ofrece más de 42.000 millones de células vivas, con 12 cepas beneficiosas de origen humano. El origen de una cepa probiótica no es el único criterio para la eficacia, sin embargo, las cepas de origen humano exhiben la capacidad de colonizar en múltiples sitios del tracto gastrointestinal.

La actividad de las cepas incluye un aumento de la función inmunitaria, una resistencia a enfermedades, una óptima digestión y absorción de nutrientes, una mejor síntesis de vitaminas y una mejor tolerancia a la lactosa, favoreciendo el tránsito gastrointestinal.

La cobertura entérica de la cápsula protege el producto de los jugos gástricos y asegura su potencia al 100%.

Las siete especies de Lactobacillus de nuestra fórmula impulsan el proceso digestivo, con un enfoque en la descomposición y asimilación de nutrientes. Comer los alimentos correctos es importante, sin embargo, tener un número adecuado y diverso de especies probióticas asegura muchos beneficios para la salud. Las especies de Lactobacillus liberan e intensifican los ingredientes funcionales y vitaminas de los alimentos, además de sintetizar ellos mismos vitaminas del grupo B y vitamina K. También, como su propio nombre indica, descomponen la lactosa que se encuentra en la leche, que está presente en muchos alimentos y puede provocar problemas desde una leve molestia intestinal hasta una intolerancia alimentaria.

LACTOBACILLUS CASEI: reduce la duración y la incidencia de infecciones como bronquitis, neumonía y rinofaringitis (1-3). En infecciones intestinales mejora la inmunidad contra infecciones bacterianas como E. coli e infecciones virales, como en la vacunación frente a influenza (4-7).

En niños, mejora los síntomas de la rinitis alérgica (8), junto con terapia antibiótica mejora la erradicación de H. pylori (9), es eficaz en las diarreas virales (10) y mejora la incidencia general de infecciones (11).

Cepa L. casei HA108: junto con otros probióticos, previenen la diarrea inducida por quimioterapia (irinotecan) en el cáncer colorrectal (12).

LACTOBACILLUS PARACASEI: este producto contiene la cepa humana HA274.

Aumenta significativamente la respuesta inmune específica en personas sanas que han recibido la vacuna contra la gripe (13). Mejora la función digestiva (14), mejora los síntomas (especialmente oculares) de pacientes con rinitis alérgica tratados con antihistamínicos orales (15). Es útil también para combatir infecciones de Staphylococcus aureus, Escherichia coli y Salmonella (16-18). Alivia los síntomas como su frecuencia y duración de la diarrea aguda infantil (19). En pacientes con síndrome de fatiga crónica, junto con otros probióticos, mejoraron la función neurocognitiva (20).

LACTOBACILLUS RHAMNOSUS: contiene dos cepas humanas beneficiosas que pertenecen a esta especie: HA111 y HA114.

Se considera una de las especies probióticas más investigadas por su tolerancia en condiciones ácidas. Este producto contiene más de 9.000 millones de unidades formadoras de colonias (UFC) provenientes de esta especie.

Coloniza dentro de las membranas de los intestinos ejerciendo numerosos beneficios para la salud: aumenta la producción de ácido láctico, suprimiendo activamente el crecimiento de bacterias dañinas como la Salmonella (21); es efectivo en la prevención de la diarrea asociada a antibióticos (22) y la diarrea asociada a Clostridium difficile (23). Fortalece el sistema inmune y es un buen coadyudante en la vacunación frente a la gripe (24); mejora la función de barrera intestinal para el alivio de enfermedades autoinmunes como la artritis (25) y las alergias (26). Mejora el perfil lipídico en sangre (27) y reduce el colesterol (28). Puede prevenir o mejorar los síntomas de la depresión y ansiedad postparto (29); regenera la flora vaginal en mujeres reduciendo su colonización por bacterias y hongos vía oral (30) y puede reducir la prevalencia de la diabetes mellitus gestacional (31). En niños reduce la frecuencia y duración de la diarrea así como los vómitos (32), las diarreas producidas por rotavirus (33) y las diarreas asociadas a antibióticos (34). Reduce la incidencia de la dermatitis atópica (35-36). La ingesta de leche suplementada con L. rhamnosus reduce el riesgo de caries en niños (37).

LACTOBACILLUS REUTERI: este producto contiene la cepa humana HA188.

Disminuye los efectos secundarios de la diarrea asociada a antibióticos (38), reduce el colesterol debido a su acción sobre la absorción intestinal (39), mejora el tránsito intestinal en adultos con estreñimiento (40) y es eficaz en enfermedades infamatorias como la gingivitis (41) y la periodontitis (42). Disminuye la actividad de bacterias patógenas como Helicobacter pylori sin alterar el equilibrio de la microflora (43-44).

LACTOBACILLUS SALIVARIUS: este producto contiene la cepa humana HA118.

Frena el crecimiento y la actividad de las bacterias patógenas perjudiciales, incluyendo Helicobacter pylori (45-46) y Salmonella (47). Ayuda a descomponer las proteínas sin digerir y a desactivar las toxinas producidas por la putrefacción intestinal (48). Mejora el perfil lipídico (colesterol), reduce la inflamación, el factor de necrosis tumoral y el recuento de Escherichia coli (49). Junto con prebióticos (fructooligosacáridos) es efectivo reduciendo los síntomas de la dermatitis atópica en niños (50) y en adultos (51).

LACTOBACILLUS ACIDOPHILUS: este producto contiene la cepa humana HA122.

Mejorar la sintomatología global en pacientes con Síndrome de Colon Irritable (52). Ayuda a mantener un ambiente ácido en el tracto intestinal previniendo el crecimiento de bacterias dañinas y mejora la Diarrea Asociada a Antibióticos (53). Reduce el colesterol total en plasma y las lipoproteínas de baja densidad (LDL) (54-55). Ayuda a mejorar la salud digestiva manteniendo la barrera intestinal, restaurando la flora intestinal, mejorando la digestión, reforzando el sistema inmunológico y ayudando a las bacterias beneficiosas que proliferan en el colon (56). Ayuda a mejorar los síntomas de la rinitis alérgica (57), alergia al polen (58) y de la dermatitis atópica (59). Junto con B. bifidum reduce la incidencia de la diarrea asociada a radioterapia en pacientes con cáncer cervical (60).

Las cinco cepas de Bifidobacterium de HUMAN BIOTA son las especies dominantes dentro del intestino grueso (colon) de individuos sanos. Se encuentran entre los primeros probióticos a los que estamos expuestos desde que nacemos, y que se adhieren dentro del revestimiento de la mucosa del colon para establecer un sistema inmunitario fuerte. Fortalecer su número mejora la resistencia a enfermedades en mayor medida, así como la resistencia a los virus de la gripe común y del resfriado.

BIFIDOBACTERIUM LONGUM:

Un factor proteico producido por B. longum inhibe la adhesión de la cepa enterotoxigénica de Escherichia coli (61).

Tiene propiedades antiinflamatorias y está indicado para molestias gastrointestinales como la colitis ulcerosa (62), la diarrea asociada a antibióticos (63-64), Síndrome de Colon Irritable (65) y alergias estacionales (66-67).

Ayuda en la formación de ácido láctico y ácido fórmico, disminuyendo el pH de los intestinos evitando la proliferación de bacterias dañinas (68). También es un productor importante de vitaminas del grupo B (69).

Cepa B. longum ssp. longum HA135: junto con otros probióticos, previenen la diarrea inducida por quimioterapia (irinotecan) en el cáncer colorrectal (12).

BIFIDOBACTERIUM LONGUM ssp. INFANTIS

Es el probiótico dominante que habita en la parte distal del intestino delgado y el colon. Es uno de los primeros en colonizar el tracto intestinal infantil (70) y es crítico en el adulto para la salud intestinal y la función del sistema inmune (71).

Sobrevive muy bien a los ácidos del estómago y biliares (72), y en general es capaz de adherirse a los tejidos intestinales (73). Produce ácido acético e inhibe bacterias patógenas (74).

Produce bacteriocinas con actividad frente a Salmonella, Shigella y E. coli (75-76). Alivia muchos síntomas del Síndrome de Colon Irritable (SCI), como el dolor, la hinchazón, normaliza el hábito del tránsito intestinal y regula el ratio IL-10/IL-12 (77-79).

Reduce los biomarcadores proinflamatorios sistémicos en enfermedades crónicas inflamatorias como colitis ulcerosa, síndrome de fatiga crónica y psoriasis, indicando que los efectos inmunomoduladores de la microbiota no se limita a la mucosa sino que se extienden al sistema inmune sistémico (80).

Puede aliviar los síntomas de la enfermedad celíaca no tratada (81).

Cepa B. infantis R0033: junto con otros probióticos puede reducir en niños el riesgo de infecciones comunes como resfriados, gripe e infecciones gastrointestinales (82). El uso de B. infantis R0033 es seguro y bien tolerado en niños sanos de entre 3 y 12 meses (83).

Cepa B. infantis HA116: junto con otros probióticos, previenen la diarrea inducida por quimioterapia (irinotecan) en el cáncer colorrectal (12).

BIFIDOBACTERIUM BIFIDUM: se encuentran en el revestimiento de la mucosa de la última parte del intestino delgado y son las cepas predominantes para colonizar el intestino grueso para apoyar la salud intestinal, la limpieza, y la funcionalidad. Reducen el colesterol sérico y disuelven las sales biliares (84-85). También se ha visto que B. bifidum posee actividad antibacteriana frente a Helicobacter pylori (86-87), reduce la apoptosis en el epitelio intestinal de niños con enterocolitis necrotizante (88), modula la respuesta del sistema inmunitario (89-91), reduce la duración y la severidad de resfriados (90), posee actividad antiinflamatoria en disfunciones crónicas del intestino grueso como el colon irritable (92-93), reduce la incidencia de la diarrea asociada a radioterapia en pacientes con cáncer cervical (94).

Cepa B. bifidum HA132: junto con otros probióticos, previenen la diarrea inducida por quimioterapia (irinotecan) en el cáncer colorrectal (12).

BIFIDOBACTERIUM BREVE: mantiene la homeostasis del colon reduciendo la inflamación a través de la inducción de células Tr1 productoras de IL-10 intestinal (95). Protege la función del colon, alivia el estreñimiento, reduce los gases, la distensión abdominal y la diarrea (95-96). Mejora los síntomas de la colitis ulcerosa (97). Además, estimula el sistema inmunológico (95,98), inhibe E. coli (99) y suprime el hongo Cándida (100).

Reduce la grasa, la función hepática y la inflamación sistémica en personas con tendencia a la obesidad (101).

En neonatos mejora los problemas gastrointestinales estabilizando la flora intestinal (102) y reduce la incidencia de enterocolitis necrótica (103). En niños celíacos reduce la citocina pro-inflamatoria TNF-alfa (104).

En pacientes con quimioterapia mejora efectos adversos como la fiebre, infecciones y trastornos intestinales (105).

Cepa B. breve HA129: junto con otros probióticos, previenen la diarrea inducida por quimioterapia (irinotecan) en el cáncer colorrectal (12).

INULINA: Es un fructooligosacárido (FOS) de origen vegetal, extraído de la raíz de la achicoria (Cichorium intybus). Actúa como un prebiótico, creando el entorno adecuado para que los probióticos o microorganismos beneficiosos se reproduzcan más rápidamente y en mayores cantidades (106-108). Aumenta la población de probióticos Bifidobacterium en el colon, reducen los metabolitos tóxicos y las enzimas perjudiciales. Previenen la diarrea patógena y autógena, evitan el estreñimiento y protegen la función hepática (109).

ARABINOGALACTANO: es un arabinooligosacárido (AOS) de origen vegetal, del árbol del alerce (Larix laricina). Es un excelente prebiótico ya que incrementa la producción de ácidos grasos de cadena corta, principalmente butirato que actúa como sustrato de energía para las células epiteliales del colon y de protección de la mucosa intestinal. Activa la respuesta inmunológica y estimula selectivamente el crecimiento y la actividad de las bacterias probióticas (110). Es útil para combatir infecciones por su capacidad para disminuir la adherencia de bacterias (111-112). Además, reducen el pH intestinal y mejoran la absorción de minerales (112-115).